Psicogerontología

Acompañar el envejecimiento con salud mental

La psicogerontología es la especialidad de la psicología clínica que trabaja con personas mayores, promoviendo su bienestar emocional, cognitivo y social en esta etapa vital. Envejecer implica afrontar cambios importantes: jubilación, pérdidas, transformación del rol social, problemas de salud o soledad. Pero estos desafíos no tienen por qué vivirse con sufrimiento o resignación.

Con acompañamiento profesional es posible adaptarse, conservar la autonomía, prevenir el deterioro y vivir una vejez activa, con sentido y calidad de vida.

¿Cuándo puede ser útil acudir a terapia?

Tristeza, depresión o apatía persistente: no es “normal” sentirse mal solo por envejecer. La depresión en la vejez puede tratarse con muy buen pronóstico.

Soledad y aislamiento social: cuando se pierde la red de vínculos y aparece el desánimo, el acompañamiento terapéutico ayuda a recuperar la conexión con los demás.

Duelo por la pérdida de seres queridos: la terapia ofrece un espacio seguro para elaborar las pérdidas, procesar el dolor y reconstruir sentido.

Dificultad para adaptarse a cambios vitales: jubilación, problemas de salud o cambios en la rutina pueden generar desorientación, frustración o miedo.

Preocupaciones por la memoria o cambios cognitivos: ante olvidos frecuentes o inquietud sobre el deterioro mental, la evaluación y orientación profesional ayudan a prevenir o intervenir a tiempo.

¿Qué se trabaja en las sesiones?

Cada proceso es personalizado, pero algunos de los focos más frecuentes en terapia son:

1

Apoyo emocional y regulación del estado de ánimo

Expresar y gestionar emociones como tristeza, miedo, enfado o culpa. Fortalecer la resiliencia ante los cambios y dificultades.

2

Estimulación cognitiva

Ejercicios prácticos para mantener la memoria, atención y lenguaje. Estrategias para organizar la vida diaria y conservar la autonomía.

3

Reforzar la autoestima y la identidad

Revisión vital: reconocer logros, virtudes y aprendizajes de la vida. Redefinir el sentido personal más allá de los roles perdidos.

4

Vínculos sociales y familiares

Trabajar habilidades de comunicación con hijos, nietos o cuidadores. Prevenir o resolver conflictos intergeneracionales. Ampliar la red social y recuperar el interés por actividades compartidas.

5

Recuperar el propósito vital

Redescubrir intereses, pasatiempos o formas de aportar (voluntariado, enseñar, compartir experiencias). Establecer rutinas con sentido, metas alcanzables y motivaciones nuevas.

6

Fomentar la autonomía y la toma de decisiones

Adaptarse a los cambios sin perder protagonismo en la propia vida. Orientar a la familia o cuidadores para que acompañen respetando la dignidad y preferencias del mayor.

7

Manejo de ansiedad y miedos asociados al envejecimiento

Abordar temores relacionados con la pérdida de autonomía, enfermedades, soledad o muerte. Desarrollar estrategias de afrontamiento que reduzcan la ansiedad y devuelvan sensación de control.

8

Apoyo en la transición a nuevos roles y etapas vitales

Acompañar procesos como jubilación, cambios familiares, pérdida de pareja o mudanzas. Fortalecer la adaptación emocional, social y práctica a esta nueva etapa.

Un paso hacia el bienestar en la vejez

Nunca es tarde para sentirse bien. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida. La vejez no tiene por qué ser sinónimo de declive: puede ser una etapa activa, enriquecedora y con nuevos propósitos.

Buscar apoyo psicológico no es un signo de debilidad, sino un acto de cuidado personal. La evidencia muestra que con acompañamiento profesional, muchas personas mayores experimentan mejoras significativas en su estado de ánimo, su memoria, sus relaciones y su calidad de vida.

La terapia puede ayudarte a redescubrir la calma, la motivación y el sentido en esta etapa de tu camino.

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